Aprender cada día a perder algo es una tarea difícil, pero que una vez adquirida te ayuda a desprenderte de las ataduras del miedo. Así es como Elizabeth Bishop, poeta norteamericana ganadora del Premio Pulitzer en 1956, nos invita en su poema “El arte de perder”, a practicar cada día este «arte» tan complejo. Aprender a desprendernos y asumir que la pérdida forma parte de nuestras vidas, aunque a veces esa pérdida sea, por qué no, un desastre…
Descubrí a Elizabeth Bishop, a través de la película “Luna de Brasil”, dirigida por Bruno Barreto, que trata precisamente sobre la relación de amor de la poeta y la arquitecta brasileña Lota de Macedo Soares, desarrollada en Brasil, país en el que la poeta viviría durante quince años.
Es una película interesante, fundamentalmente por la labor interpretativa de sus dos protagonistas que transmiten a la perfección el amor desgarrador y turbulento que se produce entre dos personalidades radicalmente distintas, que encarnan, en el caso de Elizabeth Bishop (Miranda Otto) el pesimismo y en el de Lota de Macedo Soares (Glória Pires), la fuerza.
Sin embargo, lo que permaneció dentro mi después de ver la película fue únicamente el interés por conocer la obra de Elizabeth Bishop, especialmente por una escena en la que lee a su amigo y colega Robert Lowell (Treat Williams), un poema titulado: “El arte de perder”. Tiene varias versiones, pero esta puede que sea la que mas me gusta y que hoy quiero compartir con vosotros:
“El arte de perder no es difícil adquirirlo.
Tantas cosas parecen empeñadas
en perderse, que su pérdida no es un desastre.
Pierde algo cada día. Acepta el tumulto
de llaves de puertas perdidas, la hora malgastada.
El arte de perder no es difícil adquirirlo.
Practica entonces perder más aún, y más rápido:
lugares, nombres, y el sitio al que se suponía
que viajarías. Nada de esto será un desastre.
Perdí el reloj de mi madre, y -¡mira!- la última, o
penúltima de tres casas que amaba se fue.
El arte de perder no es difícil adquirirlo.
Perdí dos ciudades, ambas adorables. Y, más ampliamente,
algunos sitios de los que era dueña, dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no fue un desastre.
-Hasta al perderte a ti (la voz bromista, un gesto
de amor) no habré mentido. Es evidente que
el arte de perder no es demasiado difícil de adquirir
aunque parezca por momentos (¡Escríbelo!) un desastre.»
En este artículo del País semanal, podéis leer un interesante relato sobre la vida y obra de la poeta http://elpaissemanal.elpais.com/confidencias/elizabeth-bishop-el-arte-de-perder/
¡Gracias por seguir ahí!. Seguimos viajando… Seguimos descubriendo.
Patricia Bernardo Delgado.