El diablo a todas horas y Donald Ray Pollock

“Mi padre peleaba con el diablo a todas horas” Así podría resumirse en una sola frase la novela de Donald Ray Pollock. El autor con el que rompí esa manía tan mía de no leer nada sobre su personalidad. Y fue lo mejor que hice.  

Pollock escribió su primera novela: “El diablo a todas horas”, pasados los cincuenta, después de graduarse en un programa de escritura creativa de la Universidad de Ohio. Después, mucho después, de pasarse media vida trabajando en una fábrica de papel, en su pueblo natal: Knockemstiff (Ohio). Eso me llamó poderosamente la atención. Fue como un mensaje de aliento, en señal de que nunca es tarde para cambiar de vida y hacer lo que realmente te gusta. O sencillamente, para cambiar de vida.

Donald sufrió una especie de crisis existencial de la mediana edad, acentuada por el abandono del trabajo en la fábrica de papel de su padre. Esto le hizo tomar la decisión de cambiar cosas en su vida y poco después, inscribirse en un programa de escritura, donde pudo conocer a personas a las que también les gustaba leer. Nunca había escrito nada hasta entonces. Después de graduarse, hizo sus preliminares escribiendo sobre los habitantes de su pueblo. Y estos relatos se publicaron en revistas y periódicos como el New York Times, dando lugar a la colección titulada: “Knockemstiff” (2008). Poco después, publicaría su primera novela.

“El diablo a todas horas” (2011) llegó a mis manos como un préstamo. En su primera versión editada “Libros del Silencio”, traducida por Javier Calvo. Dudé en un primer momento si ese tipo de novela, “gótica sureña” (según me definió su dueño) me gustaría. Pero en cuanto me vino a la cabeza el recuerdo de “True Detective” no lo dudé. Efectivamente, el libro es una especie de “Noir” de la américa profunda y solo leyéndolo se puede digerir lo que el autor cuenta. Porque Pollock escarba donde nadie más se atreve. Saca toda la “mierdecilla” que hay debajo de la alfombra para llenar de vida y muerte a sus personajes. Llegando a conseguir algo que parece imposible: dotarlos de humanidad pese a toda la violencia que desprenden.

Foto del préstamo «El diablo a todas horas» en su primera edición. Actualmente lo tenéis editado por Random House.

La novela se compone de varias historias. Varios relatos de personas que se acaban encontrando en la carretera, como una “Road Trip” Todas ellas encarnan la maldad, la desesperación y depravación del ser humano en sus distintas facetas: un ex combatiente de la Segunda Guerra Mundial atormentado por la muerte, en su visión más atroz, desesperado por salvar a su mujer de un cáncer, se refugia en la religión llevada al extremo y al sacrificio si hace falta. Su hijo, Arvin, el eje central de la historia, aprende lo que es la violencia desde muy niño y se ve obligado a reconstruir su vida en el pueblo natal de su padre, gracias al amor de su abuela, su tío y una extraña niña adoptada. Dos perturbados se dedican a recorrer los pueblos cantando la palabra de dios con extraños métodos circenses. Un lascivo reverendo llega al pueblo de Arvin y su abuela. Una pareja de asesinos en serie asalta a autoestopistas por la carretera. El hombre busca la fotografía perfecta de sus “obras maestras”, mientras el Sheriff del condado, corrupto y sin escrúpulos, lucha por escalar en su carrera política, pese a la mala fama de su hermana, pareja del psicópata asesino. Y así, estas historias que transcurren de forma paralela, pasando de una a otra con la perfecta voz del autor, se suceden a miles de kilómetros y acaban encontrándose en el mapa que recorre Ohio y Virginia Occidental.

Como os decía, solo leyendo el libro se puede llegar a asimilar la sordidez de la gran mayoría de los personajes y sus acciones. Es difícil plasmarlo de otra forma que no sea a través de las palabras. Quizás por eso, la versión llevada al cine, dirigida por Antonio Campos (director de “The Sinner”) y estrenada en Netflix, no haya llegado a transmitirme la misma profundidad de la novela.

Pero pese a todo, me gustó la adaptación y os recomiendo verla. Es solvente y los personajes, aunque están bastante edulcorados, son interpretados de forma soberbia por los actores y actrices que consiguen hacer suyos los papeles. Tal es el caso de la brillante actuación de Robert Pattinson en el papel del Reverendo Teagarden, Jason Clark en el papel de Carl, el psicópata asesino, Harry Melling como Roy, el perturbado predicador circense o Riley Keough como Sandy, la pareja de Carl. Aunque el personaje que bajo mi punto de vista está mejor adaptado, es el de Arvin por Tom Holland.

(Fotos: Google. Varios)

Veamos algunas curiosidades sobre la película, Pollock y su obra:

El propio Donald Ray Pollock prestó su voz para la película. Una voz en off, como un Dios omnipresente, que todo lo sabe y nos acompañará para narrar las vicisitudes de los personajes, especialmente las del joven Arvin.

La película se desarrolla en escenarios reales como Knockemstiff, el pueblo del autor. Según parece, el origen de su nombre proviene de la expresión inglesa «Knock them/him stiff» (déjalo/s tieso/s).

Foto del libro «Knockemstiff»

La crítica al fanatismo religioso es una constante, presente tanto en la novela, como en la película. Pero, sin embargo, Pollock confiesa que sus padres no fueron religiosos y nunca hubo una Biblia en su casa. Aunque ahora acompaña a su mujer a la iglesia porque a ella le gusta.

La obra y la película está llena de simbologías bíblicas, lo que intensifica su atmósfera.

Chuck Palahniuk (“El Club de la lucha”) y Pollock, publicaban en la misma editorial en Estados Unidos. Chuck quedó impresionado al leer “Knockemstiff” y escribió lo siguiente sobre su obra que figura en la contraportada: «Donald Ray Pollock nos da lo imposible: historias ágiles y divertidas sobre la gente más triste que jamás se haya visto. Más atrayente que cualquier otro libro de ficción publicado en años.»

Edición de Random House de «Knockemstiff» Mi actual libro de cabecera.

Knockemstiff tenía la reputación de ser un sitio duro en los años sesenta. Con mucha bebida y peleas. Pero tal y como el autor confiesa, no era ni la mitad de brutal y desesperado que el lugar que él relata en sus libros.  Hoy en día, aunque todavía hay alguna gente que vive allí, es prácticamente un pueblo fantasma.

Donald Ray Pollock ha publicado otra colección de cuentos «La vida real» (2011) y una segunda novela : «El banquete celestial». (2016)

Mi siguiente lectura.

Actualmente, sigue viviendo en Ohio, en un lugar llamado Chillicothe. Es feliz con una vida sencilla: rodeado de libros, con su mujer, la escritura, un jardín y su perro. Pero no le importaría irse a vivir a un lugar aún mas remoto.

© 2021. Patricia Bernardo.

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