Carreteras de arena, dunas vacías.
Miradas lejanas, perfecta distancia.
Bailan las letras, acechan los recuerdos.
Tiempo, me digo,
solo es cuestión de tiempo.
Habitación propia,
una libreta en blanco.
Cartas de Charlotte,
voces en la oscuridad.
Las mías,
las suyas,
¿las tuyas?
Quizá todas ellas sean una.
Y siempre me digo lo mismo: tiempo,
solo es cuestión de tiempo.
Viento insistente.
A veces alivio,
otras azote.
Nadie.
El mar rumorea desde su azul
que cuando me vaya le echaré de menos.
Pero para eso hace falta tiempo,
que pasen las horas
que se hagan días,
meses.
Así sucede con todas las cosas
que en algún momento cobran importancia.
Silencio.
Una trovadora recorre las calles que asoman al puerto:
«Viva la virgen del buen viaje»
Y el tiempo vuelve a mi,
trae los ecos de una canción
que siempre estuvo cerca:
«Sálvame otra vez,
sálvame otra vez»
¿La recuerdas?
El viento ha cambiado de dirección
dejo que me lleve hasta ti,
movida por los susurros
de cada palabra,
de cada frase.
Sí… Tiempo,
solo era cuestión de tiempo.
Patricia Bernardo © 2023
Foto: Dunas de Corralejo (Fuerteventura)
Un comentario
El verano pasa, pero aún no.